¿De qué sirve hacer un Plan de negocio antes de emprender?
Hacer un Plan de negocio siempre me ha parecido un ejercicio fantástico.
O mejor dicho, fantasioso.
El Excel lo aguanta todo. Pero todo es todo. Debería estar programado para decirte: “Oye, no te pases, que no vas a crecer tanto el próximo año” o “Multiplica por 2 los costes y te acercarás a la realidad”. Pero no. Cada año lo hacen más bonito pero sigue igual de callado cuando ve locuras como las que todos los emprendedores ponemos. Espero que con todos los avances que hay en inteligencia artificial pronto podamos tener esta funcionalidad.
Y es que la culpa no es del Excel. Siempre pensamos que todo va a ser mejor de lo que es. Eso contrasta con nuestro pesimismo habitual y con la historia puesto que han existido siempre más empresas fallidas que exitosas. No verás un Plan de negocio que termine en números rojos o con poco crecimiento. Todo son curvas crecientes, la mayoría exponenciales.
Después de haber hecho decenas de planes de negocio en los últimos años y no cumplir ninguno, me empecé a replantear si era yo. Quizás la culpa era mía. Empecé a revisar estadísticas y hablar con otros emprendedores. “Oye tú si que cumples tu plan, ¿no?”. Y la respuesta siempre era la misma “ni de lejos”. Empecé a preguntar a inversores y a bancos y la respuesta era idéntica; “nada, nadie lo cumple, pero ni siquiera se acercan”.
Se dice que por ahí hay alguien que no sólo lo cumple sino que lo supera. También hay gente que dice que el Yeti existe y que hay vida extraterrestre. El Excel lo aguanta todo y parece que las creencias del ser humano también.
El caso es que hacer un Plan de negocio es un ejercicio en el que estimas ingresos y gastos a largo plazo. Los más aventureros lo hacen a 5-6 años. O hasta de 10. Sí, he visto startups con planes de negocio a 10 años. Con lo impredecible y volátil que es el futuro, me temo que es un ejercicio en el que es imposible acertar. Y que si aciertas, es por mera casualidad y capricho del destino.
Tener un Plan de Negocio te puede servir para tener una hipótesis. Es mejor estimando los costes que los ingresos. Te permite crear esa especie de presupuesto en el que asumes todos los costes que vas a tener. Y ahí se falla menos. En los ingresos es donde normalmente los emprendedores somos más optimistas y nos venimos arriba. En empresas consolidadas con futuros predecibles, el Plan de Negocio empieza a tener más sentido y como decíamos, empieza a mudar en Presupuesto, su hermano evolucionado. Ahí sí que es más real y cercano a la realidad.
El Plan de negocio también te sirve para conseguir financiación. Tanto de bancos como de otro tipo de inversores. Es uno de los grandes tabúes de la industria del emprendimiento. Todo el mundo sabe que sirven de poco pero se siguen utilizando para validar ideas de negocio o proyectos. El ser humano se agarra a un clavo ardiendo.
Quizás sea como la universidad. Sirve de poco a nivel práctico pero sí que demuestras una disciplina de haber estado 4 años sufriendo clases interminables y aburridas y pasando todos los exámenes. Pues esto lo mismo, demuestras que le has dedicado tiempo a pensar cómo se va a desarrollar tu negocio, por dónde vas a ir, qué expectativas de crecimiento tienes, qué costes asociados a tu actividad vas a tener. Y quizás ese esfuerzo sea interesante para descubrir cosas sobre tu negocio actual o futuro.
Dicho esto, y descubiertas sus utilidades principales, el consejo es que dediques más tiempo a pensar cómo vas a meter el dinero en el banco (es decir, vender con buen margen tu producto o servicio) que no a cómo vas a meterlo en el Excel. Aunque lo segundo es mucho más fácil, claro, quizás por eso nos guste tanto.
